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Leyenda del duende

Camina con los pies volteados, es pequeño y emite aterradores chillidos que asustan a los campesinos. Se tiene la creencia de que cambia las cosas de su lugar. El duende antes fue un ángel que habitaba en el cielo, pero que tuvo que ser expulsado por la envidia que sentía hacia Dios. Su castigo fue bajar a la tierra a la tierra a caminar por el campo, en donde se dedica a asustar a quienes ve por ahí. A las jovencitas lindas, que tienen novio, las fastidia cuando él viene a verlas, hasta que los hace poner tan de mal genio que terminan yéndose para no volver jamás. Si en cambio están solas, el duende les habla al oído dándoles consejos que las perturban y las llenan de una profunda ira que termina haciéndolas desistir del matrimonio. Durante el sueño, las hermosas jovencitas no pueden dormir por culpa de estos duendes que por medio de pesadillas hacen que ellas se vuelvan sonámbulas. En ese estado es como se les ha visto a muchas deambulando fuera de su casa, sin que ni siqu
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Leyenda de la mojana

Quién es La mojana? Una mujer de baja estatura, delgada, de cabellos dorados que llegan hasta el suelo. Tiene su vivienda hecha de piedra, ubicada debajo del mar. Allí se baña con una totuma de oro. Esta mujer rapta a los niños que entran a su terreno a bañarse y cuando ya los tiene en su poder los lleva a vivir con ella a su casa subacuática.

Leyenda de mareco

Es un diablillo infantil, que sale en varios municipios de Antioquia y que le roba los dulces a los pequeños. Se lleva a los niños por medio de ventarrones, por su desobediencia o porque ellos tratan de pegarle a sus padres.

Leyenda del rio guatapuri

Ella, una mujer hermosa, joven y bastante rebelde, decidió desafiar a sus padres, quienes no le dieron el permiso para ir a nadar al río Guatapurí. ¿La razón? Era jueves santo y según las creencias nunca se debe estar en ese lugar en Semana Santa. Sin dudarlo, se fue a escondidas. Allí se lanzó al río desde una gran roca. Después de hacerlo empezó a sentir sus piernas pesadas, y aún con esta dificultad logró llegar a la orilla. Allí se llevó una gran sorpresa, sus piernas ahora eran una cola de pez. No era la joven de antes, ahora ella era una sirena. En el pueblo todos la buscaron, pero nadie la halló. El viernes santo, quienes la buscaban la vieron sentada en la roca de la que se había lanzado el día anterior. Ella se limitó a decir adiós con la cola y de nuevo regresó al agua.

Leyenda de las brujas

En los cacaotales y florestas de mandrágora y crepúsculo, aparecen las brujas. Adivinadoras del destino, expertas en la lujuria y el brebaje, han entregado el alma al diablo. Bellas como el viento y el relámpago, su deseo mayor consiste en entregarse a las delicias del espacio bajo los vértigos de la hierbamora y el vuelo nocturno Amigas de las hienas, y los venenos de la cicuta, las brujas aman los aquelarres. Bajo las ceibas, cerca de los lagos y entre las estridencias de los grillos y las bestias nocturnas; allí coronadas de delirio y de tatuajes de blasfemia bailan y cantan hasta el fin de la noche. Se entregan a los demonios, sacrifican niños en rituales de magia negra y en sesiones de alcohol y juego preparan nuevos bebedizos, nuevas posibilidades de perdición y encantamiento. Con el alba huyen, tal vez convertidas en pájaro o mariposa. Huyen porque con la luz pierden el poder de hechiceras y su habilidad de cabalgadoras de las escobas y el mal. Vampiras de los niños y p

Leyenda de la patasola

Allí en las selvas de los montes, estrellándose aquí y allá con los matorrales, deambula la patasola. Enemiga de los hombres, acosada por una culpa antigua, poseída del horror de su propia apariencia, jamás se detiene en su vértigo de odio y espanto. Allí va con los ojos tortuosos y lejanos y el cabello enredado de lianas. Dando saltos con la pata de oso desaparece de la espesura Compañera de los tigres y las arañas, trasnochada por la pena de un amor desorbitado, la Patasola odia el agua, los cielos azules y la salida del sol. Su reino pertenece a los crepúsculos y a las noches tenebrosas de los montes. Aunque algunas veces, cuando olvida el dolor, canta o espera la aparición de la luna sobre el copo de los árboles. Deidad vampiresa, genio maléfico de los montes, la Patasola tiene el poder de la metamorfosis: cambia de mujer horrible, de dientes felinos y ojos abultados a muchacha bella, insinuante como un espejismo entre los árboles. Así atrae a los hombres y a los cami

Leyenda de la muelona

Antes de convertirse en endriago, la Muelona fue una mujer esbelta que animaba pendencias y garitos. Sabía leer la suerte, gozaba con las peleas de los gallos, y sobre todo enloquecía a los hombres con su voz nocturna y la risa salvaje que alumbraba la noche. Ahora, celestina de los bosques, vaga por entre los ríos, acecha sigilosa por entre los pantanos, las encrucijadas y los árboles de tronco podrido. Bella como antes del hechizo, con la risa fastuosa y la voz de contralto, atrae de nuevo a los hombres. Antropófaga de los charcos, en noches sin estrellas, en crepúsculos estremecidos por la lluvia, los llama con insinuaciones de abismo. Entre los susurros y las adormideras, allí los devora con los dientes de bestia y la mandíbula feroz. Cómplice de la mandrágora, seductora del Valle de los Helechos, nadie conoce mejor que la Muelona los secretos de la lujuria, los lazos de su risa maléfica y los precipicios. Por eso, sonríe malvada entre los cactus. Sabe que la atracción es