Juan Reyes, era un señor que siempre estaba acompañado por una buena cantidad de perros, aunque vivía en el barrio Cerro del Vita, siempre contaba que debajo de una gran piedra ubicada en el barrio Punta de Laja, había un puente que conducía a una ciudad en la que había una hermosa reina llamada Rosita. Ella tenía una característica especial: siempre que salía de la ciudad se convertía en delfín.
Cuando eso pasa, no quiere dejarlos pescar, así que a los pescadores les quita sus mallas o los ahuyenta fuertemente. Cuando ellos la ven, suelen alejarse.
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